Durante toda la última campaña política como candidato a la Presidencia Mexicana de Andres Manuel Lopez Obrador se escuchaba hablar sobre lo que él denominó "Austeridad Republicana", la cual planteaba una austeridad en el gobierno para redistribuir el dinero ahorrado a las personas mas necesitadas mediante programas sociales, becas o apoyos entregados directamente a las personas de escasos recursos. Sin embargo la aplicación de este nuevo sistema de gobierno no ha sido tan fácil como se escuchaba.
A poco menos de un año de inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hemos visto en más de una ocasión protestas por el recorte de recursos a diversas instituciones públicas, estas pueden ser; administrativas, de comunicación, educativas, deportivas, entre otras. Específicamente dichas protestas se han debido al despido masivo de personal, terminación de contratos sin previo aviso y recortes abruptos de becas deportivas y educativas.
Estas manifestaciones pacíficas y no pacíficas se han dado de manera tradicional (marchas, protestas fuera de oficinas de gobierno o acudiendo a la prensa) y de manera "digital" por medio de twitter, esta última forma de protesta ha sido la más efectiva ya que las protestas pueden alcanzar los niveles "virales" en cuestión de minutos causando la atención requerida para que el gobierno atienda los reclamos casi de manera inmediata.
Por ello esta segunda opción es la que más se ha utilizado estas últimas semanas, es claro que el gobierno no quiere que esta situación se le salga de control y por eso este arreglando todos estos "malentendidos" de una manera que pareciera la correcta pero que al mismo tiempo han dejado dudas en diversos sectores de la población.
Es evidente que los reclamos al gobierno son la reacción a una acción en específico; la austeridad republicana.
Una austeridad que al parecer ha sido unilateral por el hecho que el gobierno es quien decide cuanto y como recortar a cada institución sin ni siquiera consultar a ningún Directivo de la Institución o algún otro experto en la materia, si bien el objetivo del gobierno es la austeridad no se ha visto ningún plan establecido o por lo menos bien estructurado para lograr dicho objetivo.
Por ello es indispensable involucrar a todas las partes que participan en los recortes de presupuesto para identificar todos aquellos resultados deseados y no deseados que se puedan obtener en caso de tomar alguna decisión.
Sin duda alguna esta austeridad no está mal intencionada, simplemente es la falta de planeación y ejecución de una política pública que es nueva para el país e indispensable para el plan de gobierno que presenta el aun nuevo Presidente de México.